martes, 31 de enero de 2017

Lalaland

Emilio G. Ranz / León.- Con 14 nominaciones la Oscar y 7 Globos de Oro, no me pareció para tanto.
La verdad es que a mí el género musical en el cine no me ha atraído nunca mucho –quitando quizás Los Miserables, obra maestra–.
Lalaland (traducida con el subtítulo en español 'la ciudad de las estrellas') empieza ya con la nada creíble escena de un atasco en una autopista en el que de repente salen todos de los coches y se ponen a cantar y bailar sobre los capós y techos de los automóviles, o en mitad de los quitamiedos de la autovía. Después de eso termina el atasco y ella, que quiere ser actriz y está ensayando su papel para un casting en el interior del coche, recibe un bocinazo de él para que siga su marcha –ya que el atasco se ha despejado–, y la imbécil de ella encima de atascar la autopista, le mira con mala cara.

Historia de amor un tanto ñoña con un final no feliz, eso sí múltiples números musicales mejor incrustados que el del principio... que nos hace pensar sobre la vida y el camino por el que optamos: si hacer lo que nos gusta y ser felices, aunque pobres, o trabajar en algo que no nos gusta y amasar dinero.

La verdad es que el film te evade, que es para mí el objetivo de una buena película, que te haga olvidar que estás en un cine. Por eso es buena.

Y parece que en Hollywood gusta mucho el musical... y por eso tantas nominaciones. También se ha jugado con la imágen (me recordaba los inicios del cine a color con películas pintadas con colores muy llamativos). Aquí se ha hecho con los trajes de los protagonistas, en tonos muy llamativos, chillones, contrastados. Quizás se lleve por ello algún premio. Sin embargo, siendo la peli buena, yo no creo que sea para tanto. ****

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