
Parecía una interesante película con caras conocidas, española, sobre la historia de una mujer que, martirizada por el gag cómico de ‘Encarna de Móstoles’ y las empanadillas de una Noche Vieja de «Martes y 13» se enfrenta a la vida, luchando por su futuro. Al final resulta ser (destripo ya la película) una historia cutre y rancia sobre las estafas piramidales con Vic-toria Abril como mala y reina de las estafas, y la protagonita –Encarna, de Móstoles–, una pardilla que embuída en el ansia de progresar laboralmen-te y en la vida –tener una
vida de lujo y tal–, se hipoteca comprando el falso producto milagro, que almacena en casa ya que no se vende, para ser líder de ventas ese mes. MALA,mala,mala
ah, aparecen las Supremas de Móstoles
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