sábado, 14 de febrero de 2015

Annie


Annie es un remake de otra película igual –pero más molona o que al menos a mí me gustó más cuando la ví por primera vez– en la que una niña huerfana desea encontrar a sus padres que la abandonaron cerca de un restaurante cuando era niña. Ahora vive en un centro de acogida con más niñas, regido por una mujer fracasada del mundo del espectáculo, que encontró en acoger a niñas de la calle una forma de hacer ingresos (recibe por cada niña 157 dólares mensuales).

En uno de estos golpes del destino la vivaracha Annie, que aunque no sabe leer se las ingenia para aprobar en la escuela, se cruza en el camino del que parece un hombre sin sentimientos que sólo desea alcanzar la alcaldía de Nueva York para tener importancia y relevancia pública y seguir vendiendo los teléfonos y servicios de su empresa de telefonía móvil. Visto el incidente (él salva a la niña agarrándola, sin querer, por acto reflejo involuntario) de ser atropellada, y que dicho acto puede favorecer la subida de intención de voto en campaña electoral, sus asesores de imagen aconsejan al candidato multimillonario que pase tiempo con Annie... y él decide adoptarla por una semana.


** No sé por qué a la gente le gustan tanto los musicales. La frase se dice en la película, por los actores, y la verdad, podría resumir la peli: no es para tanto (regularcilla tirando a mala) pero ha atraído a gente a las taquillas de los cines... a descubrir las forzadas canciones encajadas con calzador y unas ridículas letras en la película

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