sábado, 15 de mayo de 2010

Robin Hood



En tiempos de crisís en los que parece que algunos suben los impuestos a los pobres para intentar mantener su nivel de vida (no cambia mucho, al parecer, el siglo XII y el XXI), pues muchas personas se han sentido reflejadas por la película y han abarrotado los cines en el estreno (en el espacio León a las 8 ya no habría entradas para no la sesión de las 8.30, sino tampoco de la de las 22.30h.).
Aunque este Robin Hood no lleva mallas verdes ajustadas, ni es el salteador de caminos aún. Es un guerrero noble, un arquero que lucha al lado del rey de Inglaterra, cuando a este le matan en el campo de batalla. Entonces el hermano del Rey, un tío asqueroso, joderá el país (Inglaterra), a base de hartar a todos por pedir impuestos... También los Obispos se llevan el grano de las cosechas y no dejan para la siembra de los pobres ¡no ha cambiado esto mucho en ocho siglos! y los franceses (pintados en el fin como unos asquerosos sin escrúpulos, viles y ruínes –no creo que la película sea un taquillazo en Francia– intentan meter a Inglaterra en una guerra civil con ayuda de un capullo calvo (espero que no haya una asociación de calvos que reclame o denuncie... pues esta semana una asociación de tartamudos denució a AIDA -serie de tv–, por 'ridiculizar' a su colectivo), intentan conquistar el país.
Guerras, luchas épicas, combates de espadas, caballeros, bailes. Un toque de humor. No me extraña que sea un éxito, tiene de todo la película.

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