
Leo Di Caprio encarna a un funcionario que va supuestamente a una isla-manicomio en búsqueda de una prisionera / loca, que se ha escado (pero que debiera de estar en la isla, de la que no se puede, en teoría, escapar). Se mezcla a la lineal y sencilla historia otra sobre nazismo y presuntas investigaciones en la mente de los internos.
Eso sí, sorprendente final. La peli no es mala mala mala, pero vamos, no vayas esperando gran cosa.
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